Efecto psicotizante

Mira como las lavadoras enjuagan el líquido espérmico que abriga el silencio de un gemido. Escucho a mi madre a lo lejos, le grita a mi hermana que utilice el celular, ahora me llama a mí… yo soy los gemidos. Me da miedo saber que es lo que quiere. El teléfono ha sonado y yo solo abrigo mi silencio como una opera incandescente porque esa gorda no para de mostrar el efecto contrareloj de no usar digestán. Ahora todo es muy líquido, ligeramente agargado, fétido, un sin sentido del aroma grumoso, inútil conciencia fetal.

Acaba de dar a luz por el trasero y sospecho que mis diuréticos fueron el padre.

La mierda no para de llorar, que alguien la calle ahora porque creo que voy a vomitó, si, vomitó como la tremenda mierda que es. Yo solo se de una espada en el trasero que me penetra de forma inversa, comienzo a sudar remeras cansadas, Diógenes me advirtió que no tenga miedo. Pero el no sabe lo que es hacer caca, solo acumula dinero en su soledad. Por eso los millonarios son tan sucios.

Yo solo le pido, hazme el amor salvajemente perra, que quiero sentir esos labios mientras me babeas en la cara, se lo dije a la mascota de mi mejor amigo. Me encanta el amor sin lenguaje, es más gustoso que ser cagado por una gorda de ópera, quiero que termines en mí Diógenes.